La ubicación del hotel es maravillosa, ya que está justo al borde del casco viejo, ideal para explorar la ciudad. Las vistas desde nuestra habitación, que daba al río, eran simplemente impresionantes y creaban una atmósfera relajante. El personal fue muy flexible al permitirnos hacer el check-in un poco antes de lo habitual, lo cual agradecimos mucho. Además, hay múltiples opciones de aparcamiento disponible, lo que facilita mucho la estadía.

El tamaño del armario en la habitación era un poco limitado, lo que podría ser un inconveniente para estancias más largas.

Recomiendo para una escapada romántica

Estuvimos cuatro noches y fue increíble. La habitación con vista al río era espaciosa y moderna, eso me hizo sentir tranquilo. La ubicación fantástica, solo a 10 minutos del centro y cerca de una parada de tranvía que nos llevó por toda la ciudad. El restaurante del hotel es genial, buena comida a precios razonables. Las camareras eran muy amables y siempre estaban dispuestas a ayudar.

No fue barato, pero sigue siendo aceptable.

El restaurante del hotel tiene una oferta culinaria excepcional.

A pesar de la buena ubicación del hotel, el camino hacia el centro puede resultar inquietante debido a ciertas áreas peligrosas. Durante mi estancia, el desayuno fue una gran decepción, la espera para ser atendido fue demasiado larga, casi 35 minutos, y el menú era extremadamente rígido. No entendí por qué no podía elegir más opciones para mi desayuno a pesar de pagar 26 euros por el más completo. Este nivel de servicio no es aceptable para un hotel de este calibre.

Considera utilizar el servicio de conserjería personal para recomendaciones locales. son muy atentos y te pueden ayudar a descubrir joyas ocultas en la ciudad.

Ubicación inmejorable y atención excepcional.

cercanía a atracciones y vibrante casco viejo

La ubicación es perfecta, a solo un breve paseo de la Plaza Nueva y la Catedral de Bilbao, lo que me permitió explorar ambas en mis mañanas, disfrutando de la arquitectura y la vibrante atmósfera del casco viejo. además, las vistas desde mi habitación eran realmente impresionantes y creaban un ambiente acogedor después de un día caminando por la ciudad.

La habitación era más espaciosa que la sala de estar de mi abuela. Con vistas al río, me sentí como si estuviera viviendo en un cuadro. El desayuno era una fiesta de sabores, bollería fresca, mermeladas artesanales y yogur local—más delicioso que un postre de cumpleaños.

Gimnasio pequeño

Excelente ubicación y un personal increíble

El hotel está en una zona top, justo al lado del casco viejo. La chica que nos recibió fue super amable y nos ofreció vino espumoso. La habitación era muy cómoda, aunque el gimnasio es un poco pequeño. A veces es complicado encontrar dónde dejar las maletas. El desayuno en el restaurante es para volver.

la habitación era un poco pequeña. aunque la decoración era hermosa. el desayuno estaba lleno de opciones deliciosas y las vistas eran impresionantes. el personal del bar era super amable y hacía los mejores cócteles! !

El personal es increíble y la comida del restaurante fue excelente. Faltaba un poco de almacenamiento para maletas.

La atención del personal fue excepcional, especialmente del botones, siempre amable y atento. La limpieza de la habitación fue impecable, con detalles que marcan la diferencia. Sin embargo, el aparcamiento está a una buena distancia y podría ser más accesible, y el check-in se realiza de manera inusual, pagando directamente al llegar. Un punto a mejorar es que el menú del desayuno es algo limitado, lo que puede decepcionar a quienes buscan más opciones.

Los platos del restaurante son una explosión de sabores. La oferta es variada y auténtica. el humus de remolacha y el pulpo a la brasa son simplemente insuperables. Además, la habitación es un sueño, super limpia y bien equipada, con esa cafetera que alegraba cada mañana. El personal fue increíblemente amable y rápido para resolver cualquier inconveniente que tuviéramos.

No todo fue perfecto. el clima de trabajo en el hotel era un poco molesto con ruido de taladros durante el día, lo que perturbaba un poco la tranquilidad que buscábamos. El desayuno encantador, pero decepcionó un poco en variedad y al tener que esperar más de lo ideal para ser atendidos.

La situación de la ubicación puede generar preocupaciones, ya que el camino al centro implica atravesar áreas menos agradables. El desayuno puede ser frustrante. el tiempo de espera es excesivo, con hasta 35 minutos para el servicio, y el menú rígido no permite muchas elecciones, lo que se vuelve incómodo, especialmente al considerar el costo. Además, las normas del bar son estrictas, lo que limita a los huéspedes que buscan algo ligero antes de la cena, ya que solo ofrecen comida en el restaurante y no en el bar.